martes, 1 de noviembre de 2016

La Comadreja Blanca. Ep. XX La Guarida de Donofro





El guardia niktoniano continuaba urgándose sus orificios nasales mientras permanecia apoyando su espalda contra una pared rocosa. Le aburrian los turnos en los que debia proteger a la saikayana Wesley quien se empeñaba en escuchar ópera mientras trabajaba en su despacho de los niveles inferiores de las instalaciones de Donofro. Wesley es la mano derecha de Donofro, lleva al servicio del Hutt desde antes de que concluyeran las Guerras Clon. Fue poco antes de terminar dichas guerras cuando Wesley recibió el encargo de administrar contablemente una red de contrabando de gas tibanna despúes de que su lider fuera asesinado  por una banda de mercenarios separatistas. Desde entonces las funciones de Wesley dentro del emporio del Hutt  han ido en aumento.

Los acuerdos del Hutt y las habilidades financieras de Wesley incrementaron la produccion de gas que pasaba alejada de los canales oficiales de comercio, demostrando que la red de contrabando de tibanna resultaba mas rentable incluso que la trata de esclavos. Aunque últimamente habia una pieza en el engranaje que debían pulir, se trata del Administrador Calrassian de la Ciudad de las Nubes, ya que la red usaba la refineria del planeta Bespin para la operación y desde allí es cargada en grandes naves que ponen rumbo al espacio Hutt donde se entrega a los distintos compradores. Lando había invitado al señor del crimen a una cita de negocios pero el Hutt habia rechazado la oferta en repetidas ocasiones, incluso rechazó la invitación al palco de honor para la última carrera del Gran Premio de las Nubes. Finalmente fue Wesley quien acudió a Bespín y cerró un acuerdo con Lando que tuvo que continuar tragándose la operación debido a la implicación imperial que realizó Wesley en el último momento. Y es que la saikayana usó la influencia que tenían con un sector de imperiales gracias a una operación secreta que el emporio del Hutt ayudaba a funcionar.



En el despacho de Wesley, éste observa una holograbacion: Tres personas son llevadas a la cámara de audiencias privadas de Donofro, aunque ninguna de ellas lleva ningun tipo de uniforme imperiales Wesley sabe que lo son. Una voz femenina lleva la iniciativa en las conversaciones.
- Donofro, el suministro de droides es suficiente para nuestro acuerdo. Pero tenemos que ampliar la cantidad para las nuevas cadenas de soldadura que estamos instalando. Estimado y respetado Donofro, os ofrecemos un aumento del 80% del pago a cambio de un aumento del suministro del 100%. Además, el Imperio esta dispuesto a ofrecer un aumento del 20% en los pagos si aceptas recibir más recursos "biológicos"
- Más dinero por un pequeño descuento. Tendréis vuestros droides aunque en un plazo más dilatado. Perono aceptaré recibir más esclavos... a menos que sea a cambio de un aumento del 40%.
- Sigues sin eprder el buen olfato para los negocios Donofro. Aceptamos las condiciones pero quisiera volver a ofrecerle un servicio de guardias imperiales como escolta personal y en señal de buean fe por los acuerdos bien acabados.
Tambien podría disponer de un regimiento imperial estacionado en la ciudad y un grupo de cazas  TIE que lo escoltaría cuando viajara fuera del planeta.
- Sutiles e inutiles intetnos por vuestra parte por mantenerme controlado más de cerca. Mi respuesta sigue siendo no.

Wesley corta la holograbacion. Tiene un mensaje del astropuerto, apenas unas horas despúes de haber llegado de Bespin, Wesley ha de investigar la llegada de un carguero llamado The Greedy Whale del que han dado aviso en el astropuerto de Zarra. 

En un principio pensó en dejarles el asunto, como de costumbre, a las eficientes bandas locales pero resultó que la tripulacion del carguero se las apañó para convencer a estos para que los llevaran a la guarida de Donofro en Zarra. Mientras Donofro ejercía de anfitrión y mostraba su particular hospitalidad Wesley quiso permanecer cerca de su señor. Los "nuevos invitados" a la guarida de Donofro tenian que demostrar su potencial, primero utilizó un ajuste de cuentas con Warrik para comprobar si serían capaces de asesinar por encargo, el trandoshano no dejó ninguna duda de ello. Despúes quiso comprobar la lealtad del grupo poniendo en aprietos a uno de ellos, y así colocó al trandoshano en la arena de gladiadores. Observaron que sin interferir, el resto de los tripulantes, se dedicó a sacar tajada de las apuestas y a cubrir a su sompañero desde las gradas.


Wesley dejó a su señor disfrutando de sus juegos, concebidos para cubrir la necesidad sádica del hutt, y se dispuso a preparar un nuevo cargamento que debían enviar a Nar Shaddaa "la luna de los contrabandistas". Se trataba de un pedido de esclavos. El procedimiento rutinario consistía en coger a parte de los invitados a la corte, normalmente ubicados en el salon de celebraciones del Hutt donde han estado alimentandose, hacerles pasar por una fila donde se les termina de desarmar y dividirlos en función de las necesidades del pedido. Para esta ocasión tenían dos encargos, en uno pedian cuerpos humanos en buen estado de conservación pero ya fallecidos para unos laboratorios de los mundos del nucleo y en el otro pedian mano de obra para una mina del borde exterior. Mientras estaba supervisando el inicio de la maniobra para segregar a los invitados Wesley tuvo que acudir a las plantas superiores para atender a una pequeña delegación de La Argolla del Hierro que se habia presentado en el planeta sin avisar. 



Donofro el Hutt tiene una extensa red de contactos en varios mundos, pero pocos tan desagradables como el grupo de esclavistas conocidos como La Argolla de Hierro, un grupo que compensa su poca influencia con celo. La mayoría de su jurisdicción recae en los mundos de la Federación que han sido devastados por las guerras clon, donde la influencia imperial es mínima. 

En el salón de celebraciones del Hutt, Wesley los espera junto a su señor, la gran sala enmudece de golpe, los esclavistas se colocan en medio de la cámara ofreciendo una dura mirada a los espectadores. Wesley ejerce de traductora y vuelve a jugar su papel diplomático en este tipo de reuniones. Además, ella esperaba que tarde o temprano aparecieran para reclamarles, pues era consciente del estado crítico en el que estaban los esclavos de los últimos envíos que les habían encajado los imperiales de Onderon. 

Una vez resuelto el entuerto con el gremio de esclavistas, Wesley fue informada de unos altercados en los niveles inferiores. Han identificado a los tripulantes de the Greedy Whale como los provocadores de los mismos. Donofro ordena a la saikayana que compruebe el estado de "nuestra invitada durmiente" mientras ordena a los guardias niktos que realicen maniobras de contención, sin muertos, mientras llegan unas tropas imperiales con una orden de búsqueda y captura de una Bothan sensible a la fuerza.

Wesley descubre que la paciente que mantenían sedada y conectada al soporte vital ya no está en la camilla. Unos guardias informan de contacto visual con una mujer que encaja con su descripción en los niveles cercanos a los silos de especias de los niveles inferiores. Por el comunicador informan desde el astropuerto sobre el inminente aterrizaje de dos TIE en el planeta, Wesley les indica que tienen despejado el almacén que usan para cargar la especia de los silos,  que luego transportan al astropuerto, ya que tiene una abertura suficiente para el aterrizaje. Donofro les comunica a los guardias que obedezcan los designios de los imperiales a bordo de los TIE pues se trata de Inquisidores.


El alboroto formado por el enfrentamiento entre los tripulantes y los sith se cobra varias bajas de los efectivos de Donofro e incluso tiene lugar una explosión en los silos que provoca unos derrumbamientos. Cuando Wesley sale de la habitación que usaban para la "paciente durmiente" se encuentra con un momento álgido del combate, un Inquisidor enfrentándose en un uno contra uno contra el trandoshano que peleó en la arena de gladiadores. Pese a tener el apoyo del fuego de blaster lanzado por sus compañeros y oponer una férrea resistencia el Inquisidor logra realizar dos cortes muy profundos en la reptiliana piel de Nek, cayendo su cuerpo sin vida a los pies del Inquisidor. 

Wesley siente el miedo en todo su ser y sale despavorido ante la amenaza que supone semejante campo de batalla. No es hasta que tiene la certeza vía comunicador de que la pelea ha terminado que se dispone a ir en busca de su Señor. Pero su sorpresa es mayúscula cuando al acceder a la sala privada del Hutt se encuentra a éste acuchillado hasta la muerte por sus droides de seguridad.

El emporio de Donofro el Hutt se tambalea y Wesley se teme lo peor.









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